lunes, 21 de enero de 2008

FERIA DE FORMACIÓN PROFESIONAL

III FERIA DE FORMACIÓN PROFESIONAL
MURCIA, 28 de febrero de 2007

Durante los días 28 de febrero y 1 y 2 de marzo tuvo lugar en Murcia la III Feria de Formación Profesional, convocada por la Consejería de Educación y Cultura, desde su Dirección General de Formación Profesional e Innovación Educativa.
Con tal motivo, alumnos y alumnas de 4º de ESO, acompañados por las profesoras Raquel Sánchez, María Martínez y Conchi Piñera, se trasladaron a Murcia para conocer de primera mano las posibilidades que ofrecen los ciclos formativos en la Región.
Los objetivos de la III Feria de Formación Profesional eran:
Dar a conocer todas las actuaciones que se realizan en el ámbito de la Formación Profesional a nivel regional.
Trasladar a los ciudadanos la importancia de la Formación Profesional, en referencia a su aportación al desarrollo económico regional a través de la formación de profesionales cualificados.
Proporcionar información sobre la oferta formativa de Formación Profesional, así como orientar, en base a dicha oferta, no sólo a jóvenes, sino también a trabajadores en activo y desempleados de cara a su inserción laboral.
Constituir el punto de encuentro de todos los agentes implicados en la Formación Profesional de la Región de Murcia.

Hay que señalar que fue una experiencia muy agradable, que los alumnos y alumnas se implicaron en multitud de actividades y aprovecharon la oportunidad para registrarse como usuarios y recibir información por correo electrónico de diversas entidades relacionadas con el mundo de la educación y de la juventud en general.



RECITAL POÉTICO "VERSIONES"

VERSIONES

El grupo “Garcilaso” nació en el año 2004, con motivo de un recital de poesía que se ofreció durante la Semana del Libro en Abarán y en Cieza. Más tarde, volvió a presentarse en la fiesta de fin de curso que cada año organiza nuestro instituto, allá por el mes de junio, y en la cual se entregan los diferentes premios convocados por el Centro y se despide a la promoción de 2º de Bachillerato.

En aquella ocasión, el recital consistió en un recorrido por la poesía en lengua española, desde la primera jarcha, hasta Eloy Sánchez Rosillo.

Este grupo, aunque estable, varía cada vez, por una razón evidente: está formado por alumnos y alumnas, profesores y profesoras del Instituto Diego Tortosa, que, como la vida misma, no cesan de renovarse.

Asimismo, no es un colectivo adscrito a un departamento didáctico en concreto, sino que aglutina a varios departamentos: Música y Lengua y literatura aportan la mayoría de sus miembros, a los que se unen el departamento de Física y Química y, en este curso académico, Filosofía y Orientación. En cuanto a los alumnos y alumnas, son los de cuarto curso de ESO y los dos cursos de Bachillerato quienes participan.

De quién fue la idea de formar un grupo de poesía permanente, sí que está claro: don José Carrasco lo tiene como uno de sus objetivos prioritarios, y los demás, le seguimos.

Así, en aquel año de 2004, el Departamento de Música aportó el magnífico quehacer de dos profesores, don Pascual Moreno y doña Magdalena Calzada; el Departamento de Física y Química, la emoción de Francisco Eguilegor (inolvidable aquel Poema 20 de Neruda); el Departamento de Lengua, el derroche artístico de doña Alicia Núñez Brunton, el sentimiento de don José Carrasco y la modesta aportación de una servidora. En cuanto a los alumnos y alumnas, Cristina Ruiz, Pilar Lucas, Pilar Perona, Mª Angeles Ballesteros, Mónica García, David, Nicolás... Todos ellos ya están fuera del Diego Tortosa, pero permanecen en nuestra memoria...

En este curso escolar de 2006-2007, el grupo “Garcilaso” ha preparado, con la misma ilusión, otro recital de poesía. Y han repetido muchas de las personas que participaron en aquel primero.

En el grupo de los profesores, don Pascual Moreno, don Francisco Eguilegor, don José Carrasco, doña Alicia Núñez y yo misma. También en el grupo de los alumnos y alumnas, se ha dado una circunstancia curiosa: dos alumnas que en aquel primer recital participaron como excelentes pianistas, en este lo han hecho como excelentes rapsodas: la señorita Alba Pastor y la señorita Silvia Navarro, lo que demuestra, una vez más, que el arte puede adoptar más de una cara.

En el apartado de “nuevas adquisiciones”, hay que decir que hemos tenido mucha, mucha suerte, y que las musas nos apoyan. La participación de don Manuel Navarro, de don Rafael Fernández Toledo, de doña María Martínez y don Antonio Balsalobre, entre los profesores, y los alumnos y alumnas Miguel Angostos, María García, Noelia López, Pablo Morales, Alfonso Dato, Alejandro García, Justo Ruiz, Patricia Carrillo, Antonio García, María Belló, Alba Morcillo, Gala Ramón, Ariana Jiménez, Mª Angeles Sidrach, Lorena Martínez, Yolanda Camacho y Ezequiel Hortelano, así lo demuestra.

Este recital ha recibido el título de “Versiones”, puesto que los poemas que lo componen son realmente, diferentes versiones de un mismo motivo poético, partiendo del Cantar de Mío Cid, pues este año se cumplen los ochocientos años de su trascripción, y llegando a dos poetas contemporáneos, uno hispanoamericano, Mario Benedetti, y otro español, al que tuvimos la suerte de ver y oír hace muy poco en este mismo escenario, Luis García Montero.

Una doble elegía, la de Manrique dedicada a su padre, la de García Montero dedicada a “un colega”; dos églogas, la primera de Garcilaso de la Vega, la segunda, también de García Montero; el Carpe diem, tan bien representado por Garcilaso, Góngora y el francés Ronsard; la visión amorosa e irónica del “poesía eres tú” en Bécquer y en Angel González; más ironía en Juaristi frente a la pasión de García Lorca en esa casada infiel al borde del agua; el silencio y el parloteo como motivo amoroso en Neruda y Luis Alberto de Cuenca; la visión de sí propio de Machado y de Juaristi; el amor oscuro de Lorca frente al amor de oscuro de Luis Alberto de Cuenca, y por fin, la secretaria (ideal y del amor) que cierra esta visión de las distintas versiones de un mismo tema: la lírica, la poesía, la expresión de sentimientos.

La ocasión también merecía todo nuestro interés: este recital forma parte de las actividades programadas para “estrenar” nuestro Salón de Actos y Auditorio “Lolita Marín Ordóñez”, escenario perfecto para muchos eventos, entre ellos, muchos recitales de poesía que, seguramente, se realizarán en los próximos años.

Tras esta pequeña introducción, van los poemas recitados. Es una pena que el papel no pueda recoger, junto a los versos, la música que tan bien los ha acompañado, ni la dicción de cada uno de nosotros. Esto se queda para vuestra (nuestra) imaginación.

Y ojalá que sea un buen recuerdo.




Conchi Piñera Moreno
5 de marzo de 2007























CANTAR DE MÍO CID
ANÓNIMO

Lo albergarían con gusto, pero ninguno osaba:
Del rey don Alfonso, tan grande era la saña.
Al atardecer, a Burgos llegó de él una carta
con gran sigilo y fuertemente sellada,
con orden de que al Cid nadie le diera posada.
Y el que se la diese, supiera que se arriesgaba
a perder sus haciendas, y aun los ojos de la cara,
y aun además, los cuerpos y las almas.
Gran pesar tenían las gentes cristianas;
se esconden de mío Cid, no osan decirle nada.
El Campeador se dirigió a su posada,
y al llegar a la puerta, la halló bien cerrada:
Por miedo al rey Alfonso, así la dejaran;
ellos no la abrirían si él no la forzaba.
Los guerreros del Cid a grandes voces llaman;
los de dentro, no les contestan palabra.
Espoleó el Cid su caballo, a la puerta se llegaba,
sacó el pie del estribo, y le dio una patada.
No se abre la puerta, pues está bien cerrada.
Una niña de nueve años, a sus ojos se mostraba:
- ¡Tente, Campeador, que en buena hora ciñes espada!
El Rey lo ha prohibido: de él entró anoche una carta,
en gran sigilo y fuertemente sellada.
No osaríamos abriros ni acogeros por nada.
De hacerlo, perderíamos haciendas y casas,
y aun además, los ojos de la cara.
¡Cid, en nuestro mal, vos no ganáis nada!
Dios Creador os valga, con todas sus virtudes santas”.
Esto dijo la niña y volviose para casa.
Bien ve el Cid que, del rey, ya no tiene la gracia.
Marchose de la puerta y por Burgos entraba,
llegó a Santa María, allí descabalgaba.
Se hincó de rodillas, de corazón rogaba...







EL CID
MANUEL MACHADO

El ciego sol se estrella
en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares
y flamea en las puntas de las lanzas.
El ciego sol, la sed y la fatiga,
por la terrible estepa castellana,
al destierro con doce de los suyos
-polvo, sudor y hierro-, el Cid cabalga.
Cerrado está el mesón a piedra y lodo.
Nadie responde. Al pomo de la espada
y al cuento de las picas el postigo
va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa!
A los terribles golpes,
de eco ronco, una voz pura, de plata
y de cristal responde... Hay una niña
muy débil y muy blanca
en el umbral. Es toda
ojos azules y en los ojos lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada.
“¡Buen Cid, pasad...! El rey nos dará muerte,
arruinará la casa,
y sembrará de sal el pobre campo
que mi padre trabaja...
Idos. El cielo os colme de venturas...
¡En nuestro mal, oh Cid, no ganáis nada!”
calla la niña y llora sin gemido...
Un sollozo infantil cruza la escuadra
de feroces guerreros,
y una voz inflexible grita: “¡En marcha!”.
El ciego sol, la sed y la fatiga,
Por la terrible estepa castellana,
Al destierro, con doce de los suyos,
-polvo, sudor y hierro-, el Cid cabalga.






COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE
JORGE MANRIQUE
I
Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida;
cómo se viene la muerte
tan callando.
Cuán presto se va el placer;
cómo, después de acordado
da dolor;
cómo a nuestro parecer
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

V
Este mundo es el camino
para el otro, qu’es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nascemos,
andamos mientras vivimos,
e llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos,
descansamos.

III
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
qu’es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos,
e más chicos,
allegados son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.

IX
Decidme: la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color e la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas e ligereza
e la fuerza corporal
de juventud,
Todo se torna graveza
cuando llega el arrabal
de senectud.

XVI
¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los Infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán?
¿qué de tanta invención
que trajeron?
¿Fueron sino devaneos,
qué fueron sino verduras
de las eras,
las justas e los torneos,
paramentos, bordaduras
e cimeras?

XVII
¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados e vestidos,
sus olores?
¿Qué se hicieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel danzar,
aquellas ropas chapadas
que traían?

XIX
Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos d’oro,
las vajillas tan fabridas
los enriques e reales
del tesoro,
los jaeces, los caballos
de sus gentes e atavíos
tan sobrados
¿dónde iremos a buscarlos?
¿Qué fueron sino rocíos
de los prados?

XXVI
Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
e parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Qué benigno a los sujetos!
¡A los bravos e dañosos,
qué león!

XXIX
Non dejó grandes tesoros
Ni alcanzó grandes riquezas
Ni vajillas;
Mas fizo guerra a los moros
Ganando sus fortalezas
E sus villas;
Y en las lides que venció,
Cuántos moros e caballos
se perdieron;
y en este oficio ganó
las rentas e los vasallos
que le dieron.


FIN
Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
rodeado de su mujer,
y de sus hijos, y hermanos,
y criados,
dio el alma a quien se la dio,
(el cual la ponga en el cielo,
en su gloria)
que aunque la vida perdió,
dejonos harto consuelo
su memoria.






























COPLAS A LA MUERTE DE UN COLEGA
LUIS GARCÍA MONTERO
1
Recuerda si se te olvida
que este mundo es poca cosa,
casi nada,
que venimos a la vida
con la sombra de una losa
no pagada.
Los días, como conejos,
nos llevan en ventolera
al infierno,
su curso nos hace viejos
trocando la primavera
en invierno.

2
El criador, con grande enojo,
cuando en la vida nos mete
y nos suelta,
para no quitarnos ojo
nos manda con un billete
de ida y vuelta.
Nacemos al desayuno,
comemos mientras vivimos
y cenamos
cuando parece oportuno,
por eso cuando dormimos,
descansamos.

3
Nuestras vidas son los sobres
que nos dan por trabajar,
que es el morir;
allí van todos los pobres
para dejarse explotar
y plusvalir;
allí los grandes caudales
nos engañan con halagos,
y los chicos,
que explotando son iguales
las suspensiones de pagos
y los ricos.
4
Mas porque pase la vida
sin que podamos sacarla
de este pozo,
no la demos por perdida,
que es posible rescatarla
con el gozo.
Pues decidme: la hermosura
de esos dos labios tan bellos
y empapados,
cuando pierdan su ternura,
qué se podrá hacer con ellos
disecados.

5
¿Qué hace ahora pendulero,
tan vacío y contrahecho,
sin color,
aquel órgano certero
que se puso tan derecho
en el amor?
¿Qué se hizo Marilyn?
¿Aquellos Beatles de antaño,
qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto sinfín
de galanes que en un año
nos vendieron?

6
Y los tunos, los toreros,
las cantantes de revista
en el olvido;
las folklóricas primero,
el marqués y la corista,
¿dónde han ido?
¿Dónde están los generales,
sus medallas y su espada
sin conciencia,
sino esperando mortales
a que les sea dictada
la sentencia?


7
Y el ritmo de los roqueros,
los canutos y la risa
del pasota,
los chorizos tironeros
que han vivido tan deprisa
y el drogata
que se inyecta mil caballos
por las venas, los colgados
y el camello,
¿dónde iremos a buscarlos,
dónde son tan olvidados,
qué fue de ellos?

11
Camarada de su gente,
¡qué pantera en el coraje
por nosotros!
¡Qué canalla adolescente!
¡Qué enemigo tan salvaje
con los otros!
¡Y para el valor qué fiero!
¡Qué destreza de alimañas!
¡Qué razón!
Para el amor marinero,
gobernando en sus pestañas
la pasión.

12
No dejó ningún tesoro:
Dos jeringas en el suelo
Sin sentido,
Su navaja en deterioro,
Su gabán de tercipelo
Descosido.
Pero estuvo en la ciudad
Y acaudilló los suburbios
Con la suerte,
Y habló de la libertad
Hasta ver los ojos turbios
De la muerte.


13
Y porque fue capitán
de camadas y patrullas
sin juicio,
porque ya no nacerán
dos manos como las suyas
para el vicio,
porque jamás nos vendió
y mordimos el anzuelo
de su historia,
aunque la vida perdió,
dejonos harto consuelo
su memoria.





























ÉGLOGA I
GARCILASO DE LA VEGA

El dulce lamentar de dos pastores
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de cantar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,
de pacer olvidadas, escuchando.
Tú que ganaste obrando
un nombre en todo el mundo,
y un grado sin segundo,
agora estés atento, solo y dado
al ínclito gobierno del estado
Albano; agora vuelto a la otra parte,
resplandeciente, armado,
representando en tierra al fiero Marte;
agora de cuidados enojosos
y de negocios libre, por ventura
andes a caza, el monte fatigando
el ardiente jinete, que apresura
el curso, tras los ciervos temerosos,
que en vano su morir van dilatando;
espera, que en tornando
a ser restituido
al ocio ya perdido,
luego verás ejercitar mi pluma
por infinita innumerable suma
de tus virtudes y famosas obras:
antes que me consuma,
faltando a ti, que a todo el mundo sobras.
Saliendo de las ondas encendido,
rayaba de los montes el altura
el sol, cuando Salicio, recostado
al pie de una alta haya en la verdura,
por donde una agua clara con sonido
atravesara el fresco y verde prado;
él, con canto acordado
al rumor que sonaba
del agua que pasaba,
se quejaba tan dulce y blandamente
como si no estuviera de allí ausente
la que de su dolor culpa tenía;
y así, como presente,
razonando con ella, le decía:

SALICIO
¡Oh, más dura que mármol a mis quejas,
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aun la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas;
que no hay sin ti el vivir para qué sea.
Vergüenza he que me vea
ninguno en tal estado,
de ti desamparado,
y de mí mismo yo me corro agora.
¿De un alma te desdeñas ser señora,
donde siempre moraste, no pudiendo
della salir un hora?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
¿Y tú desta vida ya olvidada,
sin mostrar un pequeño sentimiento
de que por ti Salicio triste muera,
dejas llevar, desconocida, al viento
el amor y la fe que ser guardada
eternamente solo a mí debiera?
¡Oh, Dios! ¿Por qué siquiera
pues ves desde tu altura
esta falsa perjura
causar la muerte de un estrecho amigo,
no recibe del cielo algún castigo?
Si en pago del amor, yo estoy muriendo,
¿qué hará el enemigo?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento
del solitario monte me aguardaba;
por ti la verde yerba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
¡Ay, cuánto me engañaba!
¡Ay, cuán indiferente era
y cuán de otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía!
Bien claro con su voz me lo decía
la siniestra corneja repitiendo
la desventura mía.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
Tu dulce habla, ¿en cuya oreja suena?
Tus claros ojos ¿a quién los volviste?
¿Por quién tan sin respeto me trocaste?
Tu quebrantada fe, ¿do la pusiste?
¿Cuál es el cuello que, como en cadena,
de tus hermosos brazos anudaste?
No hay corazón que baste,
aunque fuese de piedra,
viendo mi amada hiedra
de mí arrancada, en otro muro asida,
y mi parra en otro olmo entretejida,
que no se esté con llanto deshaciendo
hasta acabar la vida.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
Mas ya que a socorrerme aquí no vienes,
no dejes el lugar que tanto amaste,
que bien podrás venir a mí segura,
y dejaré el lugar do me dejaste;
ven, si por solo esto te detienes.
Ves aquí un prado lleno de verdura,
ves aquí una espesura,
ves aquí una agua clara
en otro tiempo cara,
a quien de ti con lágrimas me quejo.
Quizás aquí hallarás, pues yo me alejo,
al que todo mi bien quitarme puede
que pues el bien le dejo
no es mucho que el lugar también le quede.


NEMOROSO
Corrientes aguas puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de frescas sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno:
Yo me vi tan ajeno
del grave mal que siento,
que de puro contento
con vuestra soledad me recreaba,
donde con dulce sueño reposaba,
o con el pensamiento discurría
por donde no hallaba
sino memorias llenas de alegría:
y en este mismo valle donde agora
me entristezco y me canso, en el reposo
estuve ya contento y descansado.
¡Oh bien caduco, vano y presuroso!
Acuerdome durmiendo aquí algún hora
Que, despertando, a Elisa vi a mi lado.
¡Oh miserable hado
¡Oh tela delicada,
antes de tiempo dada
a los agudos filos de la muerte!
¿Do están agora aquellos claros ojos
que llevaban tras de si como colgada
mi ánima por doquier que se volvían?
¿Do están la blanca mano delicada,
llena de vencimientos y despojos
que de mí mis sentidos le ofrecían?
Los cabellos que vían
con gran desprecio al oro
como a menor tesoro,
¿adonde están? ¿Adónde el blanco pecho?
¿Do la columna que dorado techo
con presunción graciosa sostenía?
Aquesto todo agora ya se encierra,
por desventura mía,
en la fría, desierta y dura tierra.
¿Quién me dijera, Elisa, vida mía,
cuando en aqueste valle al fresco viento
andábamos cogiendo tiernas flores
que habían de ver con largo apartamiento
venir el triste y solitario día
que diese amargo fin a mis amores?
El cielo en mis dolores
cargó la mano tanto,
que a sempiterno llanto
y a triste soledad me ha condenado:
Y lo que siento más es verme atado
a la pesada vida y enojosa,
solo, desamparado,
ciego sin lumbre en cárcel tenebrosa.
Divina Elisa , pues agora el cielo
con inmortales pies pisas y mides,
y su mudanzas ves, estando queda,
¿por qué de mi te olvidas y no pides
que se apresure el tiempo en que este velo
rompa el cuerpo, y verme libre pueda,
y en la tercera rueda
contigo mano a mano
busquemos otro llano,
busquemos otros montes y otros ríos,
otros valles floridos y sombríos,
donde descanse y siempre pueda verte,
ante los ojos míos,
sin miedo y sobresalto de perderte?

FINAL
Nunca pusieran fin al triste lloro
los pastores, no fueran acabadas
las canciones que solo el monte oía,
si mirando las nubes coloradas,
al trasmontar del sol bordadas de oro,
no vieran que era ya pasado el día.
La sombra se veía
venir corriendo apriesa
ya por la falda espesa
del altísimo monte, y recordando
ambos como de sueño, y acabando
el fugitivo sol, de luz escaso,
su ganado llevando,
se fueron recogiendo paso a paso.












ÉGLOGA DE DOS RASCACIELOS
LUIS GARCÍA MONTERO

Lamentaban dos dulces rascacielos
la morena razón de su desgracia,
bajo el sol de invierno. Mi ciudad
escuchaba en su voz la ineficacia
de un amor que vencido por los celos
otorga duelo y quita libertad.
Tú, lector de esta Edad,
confundido con la masa,
que al volver a casa
del trabajo, sin ninguna ilusión,
te detienes un punto en la estación
del Metro, o tú que vuelves con la prensa,
triste de corazón,
en un sucio autobús sin recompensa;
tú, irascible lector, que por la prisa
y a causa de Rutina ya no sientes
querella ni motín, si has olvidado
lo sabio que fue ser adolescentes
con tentación de amor y de sonrisa,
escucha el lamentar desconsolado,
el trágico cuidado
de estos dos edificios,
que perdieron juicios
por ganar entrañas y fatiga
-a pesar de ser hierro, piedra, viga-
por una Ninfa ingrata. Los olvidos
de su dulce enemiga
te confían, lector, enternecidos.

PRIMER RASCACIELOS
Yo, que araño este cielo
que en nubes vivo sin vivir vasallo
del tremendo rayo,
porque con mi pañuelo
al sol entre la lluvia doy consuelo;

Yo que a las soledades
de la noche traiciono, pues en ella
hago con mis ventanas una estrella
y en las ambigüedades
de su luz adormece las ciudades;

Yo, espada de cemento,
sufro la esclavitud de una princesa
urbana, que las calles atraviesa
más ligero que el viento,
negada más que piedra al sentimiento.

De lejos la adivino.
Como el imán, por entre los letreros,
la arruga triangular de sus vaqueros
es siempre un torbellino
donde buscan mis ojos el destino.

Su cintura un abrazo,
sus senos son dos lágrimas. Querría
saber por ellos navegar un día,
sentir el fogonazo
pirata de la piel de su regazo

Y de sus labios preso,
por el carmín en sangre convertidos,
quisiera desnudarme a los sentidos,
hundirme en el proceso,
en la corriente atónita de un beso.

Pero no me responde,
que la detiene solo su trabajo,
camarera nocturna en ese bajo
canalla y sucio, donde
la oscuridad con mi pasión se esconde.

Oh, juvenil trofeo,
esquivo sueño, prisa que desgarra
a cuerpos que sostienen en la barra
su alcohol y sus deseos.
Mirón el Sol, discreto yo, la veo.

salir acompañada,
muchas horas después, con dos ojeras
que valen mil silencios, mil esperas,
sobre la calle helada,
indigna de sus pies la madrugada.

Y cuando ya se pierde,
en la esquina, el amor, temblando y rojo,
me regala un momento en el despojo
de la ausencia que muerde
por fin cuando la luz se pone en verde

¿Qué amarga tubería
podrá encauzar mi llanto agonizante,
el triste corazón de un tierno amante,
convertido en espía,
que muere siempre cuando nace el día?

SEGUNDO RASCACIELOS
Teléfonos alertas,
sirenas que la luz cruzáis veloces
letreros luminosos, altavoces,
carteleras expertas
que hacéis negocios y mentís ofertas,

Yo que acudo al amigo,
os pido que cumpláis la penitencia.
decidle que es mas grave otra sentencia
que hay un mayor castigo
y ponedle mi caso por testigo.

Contadle que ella vive
en mi planta mas alta y que la vida
de su casa en mi cuerpo es una herida
que soy su detective,
que descubre el amor que nos prohíbe,

de pronto, sin aviso,
cuando advierto en el pecho su calor
o la siento cruzarme en ascensor,
subir de piso en piso,
como quien tiene dentro el paraíso

y a la vez el infierno.
Suele llegar con alguien, que la besa
poniendo en cada labio una promesa
de amor, extraño y tierno,
por dejarme con daño y sin gobierno.

Despacio se desnuda.
como el naufrago lucha entre ciclones,
en su respiración , los dos pezones
gritan pidiendo ayuda.
Su orilla son las sabanas, sin duda.

Pues la veo entregarse,
ya teñida la piel de un rojo leve,
ya tomados los ojos por la nieve,
atarse, desatarse,
desde cumbres salvaje despeñarse

hasta el hondo remanso
que otorga la pasión recién vencida
donde flota el enigma del suicida,
o el tigre, que ya manso,
se entrega cuando halla su descanso.

De tanto bien no es mío
sino el dolor, la rabia, los desvelos,
la bárbara caricia de los celos,
el duro escalofrío,
la envenenada paz, el extravío.

Así que cuando al verte,
cómplice de estupor, en mal estado
y quieras poner fin a tu cuidado
invocando la suerte,
pidiéndole el reposo de la muerte,

por este amor canalla,
acuérdate de mi. Con mi tortura
consuela tu dolida arquitectura,
y cesa, olvida, calla,
cifra tu dignidad en tu batalla.

FINAL
No la ciudad, sino su reino entero
oyéndolos se oculta detenido.
Por ellos, la firmeza del acero,
hecha espuma de mar, ha sometido
su corazón de instinto callejero
al revolver humano del olvido.
Confiésame, lector, que también tienes
la herida que disparan sus desdenes.
Amor, soñado amor, tú que has estado
en el pecho y la voz de un hombre triste,
tú que conmigo vas desesperado,
respeta que no dé lo que no diste,
que traiga libertad a este rimado
por vengarme del daño que me hiciste,
a los dos rascacielos indultando
de tu cerco, tu ley , tu contrabando.
¡Retírate a las nubes mas secretas
lo mismo que hace el sol! La luz cobarde
huye llorando lagrimas violetas.
De rosa el horizonte en rojos arde,
las estrellas deshacen sus maletas,
se le cierran los ojos a la tarde,
mientras que vigilando su fortuna,
abre los suyos la impaciente luna.
























CARPE DIEM

SONETO XXIII
GARCILASO DE LA VEGA
En tanto que de rosa y azucena
Se muestra la color en vuestro gesto,
Y que vuestro mirar ardiente, honesto,
Con clara luz la tempestad serena;

Y en tanto que el cabello que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena,

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
Todo lo mudará la edad ligera
Por no hacer mudanza en su costumbre.


SONETO
LUIS DE GÓNGORA

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido, el sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente el lilio bello;

Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello;

Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente

No solo en plata o viola truncada
Se vuelva, mas tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada...
SONETO
RONSARD

Cuando seas muy vieja, a la luz de una vela
Y al amor de la lumbre devanando e hilando,
Cantarás estos versos y dirás deslumbrada:
“Me los hizo Ronsard cuando yo era más bella”

No habrá entonces sirvienta que al oír tus palabras
aunque ya doblegada por el peso del sueño,
cuando suene mi nombre la cabeza no yerga
y bendiga tu nombre, inmortal por la gloria.

Yo seré bajo tierra descarnado fantasma
Y a la sombra de mirtos tendré ya mi reposo;
Para entonces serás una vieja encorvada,

Añorando mi amor, tus desdenes llorando.
Vive ahora: no aguardes a que llegue el mañana:
Coge hoy mismo las rosas que te ofrece la vida























POESÍA ERES TÚ

¿QUÉ ES POESÍA...?
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

“¿Qué es poesía?”, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía?
¿Y tú me lo preguntas?
¡Poesía eres tú!



POÉTICA Nº 4
ÁNGEL GONZÁLEZ

Poesía eres tú,
dijo un poeta
-y esa vez era cierto-
mirando el Diccionario de la Lengua























AUTORRETRATOS

AUTORRETRATO
ANTONIO MACHADO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
Y un huerto claro donde madura el limonero;
Mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
Mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
Pero mi verso brota de manantial sereno;
Y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
Soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
Corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
Mas no amo los afeites de la actual cosmética,
Ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
Y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
Y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo, debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero os pago
El traje que me cubre y la mansión que habito,
El pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
Y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
Me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
Casi desnudo, como los hijos de la mar.

AGRADECIDAS SEÑAS
JON JUARISTI
No tengo casa propia
ni coche. Vivo solo
y mi cuenta corriente
está en números rojos.

Habito un ventisquero,
un frío promontorio
batido por las turbias
galernas del otoño.

Pasé la cuarentena,
doblé mi Cabo de Hornos,
perdí todos los mástiles
del alma en los escollos.

He vivido en países
no demasiado exóticos,
pero del triste mundo
sé más que los geógrafos.

Nací bajo Saturno,
nocturno dios del plomo.
El mío ha sido un tiempo
tirando a tormentoso.

Mi juventud distraje
con juegos peligrosos.
Sigo siendo de izquierdas,
aunque se note poco.






No recuerdo las veces
que resbalé hasta el fondo
por el derrumbadero
de los buenos propósitos

ni quiero dar noticia
de lances más gloriosos:
Volver atrás la vista
me pone melancólico.

Vaya solo un consejo
para los paranoicos:
la amnesia si oportuna,
aleja el mal de ojo.

Tocando a la memoria,
mejor pecar de sobrio:
mi infancia son recuerdos
de algún parque zoológico

Y púberes deslices
de vate vanidoso
y megalomanía
en pantalones cortos.

Recelo hoy de los trucos
de los poetas mozos
y a distinguir me paro
las voces de los bozos.

Amo a mi pueblo vasco,
un pueblo noble y tosco
metido en un atasco
que firmaría el Bosco.

Le dejaré en herencia
mis huesos y mis polvos
y cuatro o cinco libros
de versos rencorosos.

Y si la poesía
me ha dado casi todo
(o sea, el buen puñado
de amigos que atesoro),

reñir y enamorarme
son artes que conozco
mejor que la poesía:
Juzgad ahora vosotros.



































LA CASADA INFIEL


LA CASADA INFIEL
FEDERICO GARCÍA LORCA

Y que yo me la llevé al río
pensando que era mozuela
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver,
ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.
Me porté como quien soy,
como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.


LA CASADA INFIEL
JON JUARISTI

Un día de Aberri Eguna
me puso en un compromiso.

Después vivimos una historia
de amor, maría y luna llena
frente a la plaza de Zarauz
que habría matado de envidia
a cualquier arábigo-andaluz.

Yo me la llevé a la playa
la noche de Aberri Eguna,
pero tenía marido
y era de Herri Batasuna.

Me porté como quien soy
como un euscaldún legítimo,
y para olvidarla pronto
le regalé un prendedor
con un verso, una icurriña, una pluma y una flor,
y un libro de Patri Urkizu
forrado en raso pajizo.







EL AMOR (DE) OSCURO

VOZ SECRETA DEL AMOR OSCURO
FEDERICO GARCÍA LORCA
¡Ay voz secreta del amor oscuro! ¡ay balido sin lanas! ¡ay herida! ¡ay aguja de hiel, camelia hundida! ¡ay corriente sin mar, ciudad sin muro!¡Ay noche inmensa de perfil seguro, montaña celestial de angustia erguida! ¡Ay perro en corazón, voz perseguida! ¡Silencio sin confín, lirio maduro!Huye de mí, caliente voz de hielo, no me quieras perder en la maleza donde sin fruto gimen carne y cielo.Dejo el duro marfil de mi cabeza, apiádate de mí, ¡rompe mi duelo! ¡Que soy amor, que soy naturaleza!


SONETO DEL AMOR DE OSCURO
LUIS ALBERTO DE CUENCA
La otra noche, después de la movida,
En la mesa de siempre me encontraste
Y, sin mediar palabra, me quitaste
No sé si la cartera o si la vida.

Recuerdo la emoción de tu venida
Y luego nada más. ¡dulce contraste,
Recordar el amor que me dejaste
Y olvidar el tamaño de la herida!

Muerto o vivo, si quieres más dinero,
Date una vuelta por la lencería
Y salpica tu piel de seda oscura.

Que voy a regalarte el mundo entero
Si me asaltas de negro, vida mía,
Y me invaden tu noche y tu locura
ME GUSTAS...

ME GUSTAS CUANDO CALLAS...
PABLO NERUDA
Me gustas cuando callas, porque estás como ausente
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.Como todas las cosas están llenas de mi alma,
emerges de las cosas llena del alma mía.
Mariposa de ensueño, te pareces a mi alma
y te pareces a la palabra melancolía.Me gustas cuando callas, y estás como distante
y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.Déjame que te hable también con tu silencio,
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.Me gustas cuando callas, porque estas como ausente,
distante y dolorosa, como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.



EL DESAYUNO
LUIS ALBERTO DE CUENCA
Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
“Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno”.



































LA SECRETARIA
LA SECRETARIA IDEAL
MARIO BENEDETTI

Yo soy la secretaria
Ideal.

Mi jefe es elegante,
Mi jefe es tan discreto,
Es alto, distinguido,
Es un jefe completo.
Cuando viene y me ordena:
“una copia textual”,
yo soy la secretaria
ideal.

Mi jefe tiene esposa,
Dos hijos y tres criadas,
La esposa por lo menos
No lo comprende nada.
Cuando él viene y me dice:
“somos tal para cual”
yo soy la secretaria
ideal.

Mi jefe tiene un mustang
Y algún apartamento
Donde vamos a veces
Yo y su remordimiento.
Entonces lo conformo:
“es pecado venial”,
yo soy la secretaria
ideal.

Mi jefe se comporta
Como un tipo maduro,
La panza disimula
Cuando viste de oscuro.
Y si bosteza y dice:
“hoy no, me siento mal”,
yo soy la secretaria
ideal.

Cuando se va mi jefe,
Mi jefe ese hombre viejo,
Yo me desarmo y quedo
Sola frente al espejo.
Y a mí misma me digo
El cansado ritual:
“Yo soy la secretaria
ideal”.

LA SECRETARIA DEL AMOR
LUIS GARCÍA MONTERO
Triste y sola, rubia y fiel,
Cada día ella escribía
Mi nombre sobre un papel.

Mira que te lo decía,
Secretaria del amor,
Que no es buena esta rutina
De estar siempre en la oficina
Con ojos de cazador,
Para borrar los borrones
Que la tinta del tintero
Hizo sobre los renglones
Torcidos del corazón
Y de su quiero y no quiero.

Mira que te lo decía.
¡Nunca he sido buen halcón!

Punto y coma, suma y sigue,
En forma de auditoría,
Tu mirada me persigue
Marchita sobre la mesa,
Regada con letra impresa,
Con cartas sin domicilio
Que han marcado nuestro idilio
Sin pasión. Mientras tus ojos
Me anotaban en el debe
Como dos números rojos.

Mira que te lo decía
Entre las cinco y las nueve.

Aquella noche viniste,
Y mi corazón que era
Una suma sin error,
Hoy está en la papelera,
Triste y solo, sola y triste,
Del amor.






















GRUPO “GARCILASO”
I.E.S. DIEGO TORTOSA
MARZO DE 2007

jueves, 17 de enero de 2008

EL AMOR CORTÉS




Cuando escuchamos la expresión “amor cortés”, casi de forma automática, vienen a nuestra mente imágenes de damas y caballeros en jardines y castillos, justas, torneos, el rey Arturo y su corte... imágenes almibaradas que muchas veces rayan la cursilería más absoluta.

Nada que ver con la realidad que se acuñó y se vivió, porque no era una teoría sin más, sino una forma de vida, en la sociedad medieval de los siglos X al XIII en la Europa feudal y que ha llegado hasta nosotros en muchos casos desvirtuada por la leyenda o, incluso, la incomprensión de sus herederos.

Partiendo de la época, la misma denominación Edad Media, acuñada en el Renacimiento, remarca el carácter de periodo de transición entre dos épocas caracterizadas por el Clasicismo. Y durante mucho tiempo, se consideró una era oscurantista, poblada por guerreros sedientos de sangre que recorrían las planicies europeas destruyendo todo cuanto los romanos y los griegos habían sembrado.
Y sin embargo, ¡cuánto le deben los poetas y los artistas del Renacimiento a sus antepasados medievales!

Pero vayamos por partes. La primera pregunta podría ser cómo -en una época en que las lenguas derivadas del latín todavía balbuceaban y se debatían por liberarse de su condición de “vulgares”-, surgió un lenguaje literario capaz de expresar tantos matices y sentimientos. Fue en Aquitania, donde surgió el provenzal, la primera lengua romance que llevó a la plenitud el lenguaje poético. No en vano el primer trovador del que tenemos noticia es el propio duque de Aquitania, Guillermo de Poitiers, quien desarrolló su vida y su obra en el siglo XI. Se ha buscado en su personalidad y circunstancia histórica la clave de la aparición de la lírica románica: en él encontramos unificados artísticamente los elementos fundamentales de la lírica trovadoresca posterior. Su Vida provenzal nos lo muestra como “uns dels major cortes del mon e dels majors trichadors de dompnas”. Las once composiciones conservadas reflejan su rica y contradictoria personalidad, a la vez religiosa y sensual, refinada y burlona. Así, tiene composiciones de carácter juglaresco que dirige a sus compañeros, en las que presenta situaciones divertidas y obscenas; de carácter cortés, en las que canta a su domna evocando la alegría de la reconciliación o el servicio amoroso, y de carácter moral y religioso al final de su vida.
Incluimos aquí la primera estrofa de la más conocida de sus composiciones:

Ab la dolchor del remps novel
Foillo li bosc, e li aucel
Chanton, chascun en lor lati,
Segon lo vers del novel chan:
Adonc esta ben c’om s’aisi
D’acho dont hom a plus talan.


(Con el dulzor de la primavera/ florece el bosque y los pájaros/ cantan, cada uno en su latín/, según los versos del nuevo canto:/ Así, es bueno que el siervo se acoja/ a aquello que el hombre más desea/).

Y ¿qué es en fin el amor cortés? Es, como decíamos antes, más una forma de vida, o de entender la vida, si queremos, que una teoría literaria. Es el mundo de la corte, la sociedad feudal que se traslada a la literatura y que interactúa permanentemente con ella. Así, podríamos destacar su vocabulario, tomado de las relaciones feudales entre el señor y los vasallos, las ceremonias, los torneos... El amor se considera un servicio que el enamorado presta a su dama, convirtiéndose en vasallo que rinde homenaje a su señor.

El amor cortés tiene como primer medio de expresión la cansó, poema de extensión media que se recitaba acompañado por instrumentos musicales. Pero los trovadores no hablan de “amor cortés”, sino que se refieren a este sentimiento como fin’amors, veraia amors, finz amanz, es decir, una específica concepción del amor que aparece en un marco geográfico preciso, en un periodo de tiempo determinado y sustentada en un grupo social perfectamente diferenciado; no es una expresión amorosa espontánea e individual, sino culturizada y codificada en un registro que se nutre de la sociedad feudal y caballeresca de los siglos XI al XIII. El amor cortés nos refiere a un amor de corte y a las relaciones sentimentales de los que se integran en este grupo social, idealizado. Esta idealización de la cort se hace en contraposición a la vila, como la cortezia frente a la vilania. Por tanto, el lirismo es protagonizado por damas y caballeros, y las relaciones sentimentales son una traducción de las relaciones feudales: la dama representa el papel del señor y es designada midons; el caballero, el de vasallo, llamándose om y el poeta se entrega a la dama recurriendo a la imagen y al vocabulario del rito del homenaje feudal. Surge así un vocabulario cortés, enriquecido semánticamente, de manera que un mismo término nos refiere a unas relaciones sociales, a unas relaciones sentimentales y, simultáneamente, a una virtud o virtudes morales, constituyéndose una civilización ideal. Así, el término cortezia nos remite a costumbres de la corte, al arte de amar trovadoresco y a las cualidades que conforman el ideal caballeresco.

El amor trovadoresco se designa con la expresión fin’amors, un amor sublime, dirigido por el fin’amant a una dama ausente en el poema, a la que puede que no haya visto jamás. Esta distancia puede ser geográfica (amor de lonh), sociológica (la dama es de alta extracción social), moral (la dama es casada) y psico-sexual (amor contrariado). Es un amor fundado en el obstáculo, en la dificultad, a lo que contribuyen permanentemente el gilós (marido celoso), los gardadors (vigilantes de la dama) y lausengiers (envidiosos personajes que “denuncian” a los amantes), que dificultan el acercamiento de los amantes.

Para que veamos hasta qué punto esta relación amorosa está codificada, baste con el siguiente dato. Un autor anónimo del siglo XIII señala cuatro grados en el proceso de acercamiento a la dama: fenhedor, pregador, entendedor y drutz, en correspondencia con los cinco grados del amor de los tratadistas latinomedievales: visus et alloquium, contactus, basia, factum. Si el proceso de acercamiento culmina en el fach (consumación del amor sexual), el amante cortés sufre una elevación ética y social que lo introduce en el universo sociopoético de la cortezia.

Decíamos que la primera forma de expresión del amor cortés es la cansó provenzal, pero muy pronto el espíritu trovadoresco se adueña de otro tipo de composiciones literarias. En la Francia medieval surge un tipo de poema narrativo, conocido como Chanson de Toile, en el que dos damas, habitualmente madre e hija relatan aventuras amorosas con final feliz. Asimismo, es pronto para hablar de “novelas”, término que no aparecerá hasta algunos siglos después, pero sí podemos hablar de “román”, relatos largos en verso que incluyen, en numerosas ocasiones composiciones líricas.

Y en estos “roman” es donde aparecen perfectamente definidos los personajes que representan el mundo cortés: el rey Arturo, Ginebra, Lanzarote... y, sobre todos ellos, alcanzando la categoría de mito, Tristán e Iseo.

Mucho se ha discutido sobre la condición “ilícita” del amor cortés: en efecto, la dama suele ser casada, matrimonio de conveniencia donde los sentimientos no cuentan en absoluto, tanto más cuanto más elevada sea la condición social de la mujer. Relaciones adúlteras cuya consumación suele llevar aparejado el castigo; en el caso contrario, encontramos otro de los tópicos de la época, el de la “belle dame sans merci” que desprecia a su enamorado, y en una posición intermedia, el término “bienséance” que nos remite al mundo de las apariencias.

Para acabar, un rápido repaso a los principales autores: el ya mencionado Guillermo de Aquitania, Marcabrú, de origen humilde, Jaufré Rudel, que vive el tópico del enamorado de una dama lejana, Bernard de Ventadorm, maestro de trovadores, a quien algunos suponen el gran amor de Leonor de Aquitania o Giraut de Bornell son los mejores representantes de los trovadores provenzales. En cuanto a los autores de roman courtois, los más destacados son Beroul, el difusor de la leyenda de Tristán e Iseo; Chrétien de Troyes, que desarrolla la leyenda artúrica y Jean Renart, con su obra el “Roman de la Rosa”, donde encontramos unidos todos los tópicos, los símbolos, los personajes e incluso los diferentes tipos de poemas fruto de una tradición literaria que conocemos como “el amor cortés”.
Conchi Piñera Moreno

miércoles, 16 de enero de 2008

Empezar bien el día

LUIS ALBERTO DE CUENCA:
EL DESAYUNO

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
“Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno”.

Comenzar

¿Por qué un blog? ¿Por qué "Ábaco"? ¿Por qué ahora?

Porque hay que modernizarse. Porque es el título de nuestra revista, casi el símbolo de nuestro centro. Porque ha muerto Ángel González hace tres días.


Queremos que este sea un blog abierto a todos los que disfrutamos con la enseñanza, la razón y, sobre todo, la POESÍA.